El cristalino del ojo enfoca la luz que entra por la pupila. Con aproximadamente 10 a 20 dioptrías del poder de refracción total del ojo (de aproximadamente 63 dioptrías), el cristalino -junto con la córnea- es un componente esencial del ojo para una visión nítida.
El cristalino humano es una lente convergente elástica que puede ajustarse a diferentes distancias mediante los músculos internos del ojo (músculo ciliar). El cristalino es convexo (curvado hacia fuera) y puede cambiar su curvatura y, por tanto, su poder de refracción mediante la acomodación.
Las irregularidades en el cristalino del ojo también pueden provocar una visión defectuosa, como miopía, hipermetropía y astigmatismo. Además, el cristalino se vuelve cada vez más inflexible a partir de los 40 años y, por tanto, es menos capaz de ajustarse a la visión de cerca, lo que se conoce como presbicia. La opacidad del cristalino en la vejez también es frecuente, lo que se denomina catarata.